lunes, 27 de octubre de 2014

Salamanca II

Uno escribe siempre la misma canción,
sobre un niño con cara de viejo,
que se atreve a volar bajo el cielo marrón,
que agoniza detrás del espejo.

Uno canta siempre la misma canción
otra noche en el bar de la esquina,
cerca de la estación donde duerme un vagón,
cuando el tiempo amenaza rutina.

Uno rumia siempre la misma canción
como un perro ladrando a la luna,
con la misma trompeta y el mismo trombón
de mariachi que estuvo en la tuna.

Uno acaba nunca la misma canción
que construye a trancas y barrancas,
luego llega la hora de alzarse el telón
y es un lujo que sea en Salamanca.
Joaquin Sabina



miércoles, 22 de octubre de 2014

Galicia

Madrigal á cibdá de Santiago
Chove en Santiago,
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ó sol.
Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.
Olla a choiva pola rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaído,
soma e cinza do teu mar.
Soma e cinza do teu mar,
Santiago, lonxe do sol;
ágoa da mañán anterga
trema no meu corazón.


Madrigal a la ciudad de Santiago
Llueve en Santiago,
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entenebrecida al sol.
Llueve en Santiago
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.
Mira la lluvia por la calle,
lamento de piedra y cristal.
Mira el viento desvanecido,
sombra y ceniza de tu mar.
Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol:
agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.

Federico García Lorca.



domingo, 19 de octubre de 2014

SALAMANCA I


...En este patio que se cierra al mundo
y con ruinosa crestería borda
limpio celaje, al pie de la fachada
que de plateros

ostenta filigranas en la piedra,
en este austero patio, cuando cede
el vocerío estudiantil, susurra
voz de recuerdos....

...Oh, Salamanca, entre tus piedras de oro
aprendieron a amar los estudiantes
mientras los campos que te ciñen daban
jugosos frutos.

Del corazón en las honduras guardo
tu alma robusta; cuando yo me muera
guarda, dorada Salamanca mía,
tú mi recuerdo.
Y cuando el sol al acostarse encienda
el oro secular que te recama,
con tu lenguaje, de lo eterno heraldo,
di tú que he sido.

Miguel de Unamuno




martes, 14 de octubre de 2014

La Mar. I

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?

En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!

Rafael Alberti



viernes, 10 de octubre de 2014

OTROS ENCUADRES.

Poniendo Ciudad Rodrigo en cualquier buscador de Internet, se encuentran homenajes que mirobrigenses de nacimiento o de adopcción le hacen a esta vieja tierra. Hoy os dejo este poema que he encontrado en la red. Ojalá os guste.


Ésta que, contra el cielo de Castilla,
alza la seo y corta su castillo;
ésta que mira en Águeda su brillo
desde alto cerro que viejo muro anilla;

ésta, de nobles piedras, alta silla
que en ocre pintan, en oro y amarillo,
Ciudad Rodrigo es, el bravo anillo,
prez de España, orgullo y maravilla.

Póstrese, Miróbriga a tu planta
y dígase feliz el que se allega
a mirarte y, tenga por seguro,

que no verá después nobleza tanta
quien haya contemplado de la vega
tu catedral, tu alcázar y tu muro.

***

De Mis Poemas, c. 1995
Carlos Muñoz-Caravaca Ortega.



domingo, 5 de octubre de 2014

Miradas.

Miróbriga es una estrella, La muralla que nos rodea, dibuja esa forma geómetrica. De esta defensiva estrella,
salimos y entramos todos por nuestras seis puertas, tanto los que allí vivimos, como los que nos visitan.
Por bóvedas que encuadran nuestras miradas, y sus vistas.
Hoy quiero enseñaros esos encuadres, esas miradas que nos encontramos al penetrar o salir de ella.
Espero que esa sorpresa que a mí aun depués de tantas años me provoca, os dibuje una sonrisa.
Isabel Sanmartín.



miércoles, 1 de octubre de 2014

Peña de Francia

Buscando la paz, el silencio subi hasta tu trono.
Mis ojos extienden su mirada a lo lejos.
Abiertos sin dejar de enfocar tus rincones.
Interrumpen mis fotogramas limpios, rebaños de cabras y hasta algún buitre.
Lleno mis pulmones con tu aire puro, perfumado por los pinos que cubren tus flancos. Y después reconfortada, desciendo para encontrar esa ciudad encantada que late bajo tu sombra.
Siempre llena, siempre abierta,
 La Alberca.
Isabel Sanmartín.